El caso es que,
como supongo le pasa a muchas otras parejas, y me consta, después de haber
roto, siguen, de vez en cuando acostándose (yo al menos sé de una aparte de
mi).
En mi caso, esto
ha pasado desde el principio aún sabiendo que él estaba con otra mujer. Esto
significa que antes él me ponía los cuernos a mi y ahora se los pone a su
novia, pareja , mujer o lo que sea que se le quiera llamar o la llame cuando
la presente a los amigos).
Reconozco que al
principio era un deseo ferviente, como una droga, como, aún sabiendo la
humillación, permitir que él me siguiera disfrutando (y yo a él).
Esto, primero fue
bastante desconcertante para él puesto que fui yo la que dio el paso, y no se negó. Poco a poco ya se ha
convertido más que en un impulso del momento en una reflexión meditada, no
porque no sea impulsivo si no porque he llegado a la conclusión de que polvo
que no eches, polvo que se queda sin disfrutar.
Podría llamarlo
únicamente sexo, pero sé que no es así. Lo cierto es que follar con una persona
que te conoce y conoces es más sencillo. Es una cuestión de práctica
simplemente, aunque reconozco que él está bastante bien dotado.
A esto se le
puede llamar proceso de auto convencimiento de que aún puede haber algo más con
algo que ya está roto, o bien de que se puede reinventar una relación (si se le
puede llamar así), o tal vez que sigo enganchada como una drogadicta al placer
a sabiendas de que no me permite, quizá, establecer otras relaciones, o a lo
mejor, que no voy a dejar para después lo que me apetece hacer hoy.
Tengo 44 años y
hace casi tres que me separé. Hay muchas cosas que se van dejando sin hacer
para cuando tengamos tiempo y resulta que para cuando tengamos tiempo ya no
tenemos ganas o, lo que es peor, el tiempo se nos ha agotado.
Así que la
cuestión es que no me voy a plantear si está bien o mal, si me hace bien o mal
o si debería o no debería. Las cosas son más simples. Voy a hacer lo que el
cuerpo me pida. Si me pide echar un polvo con mi ex pues lo voy a hacer y no me
voy a cuestionar nada más porque no quiero hacerlo.