El refugio es el sitio donde una busca estar para sentirse
tranquila, no a salvo, si no tranquila.
Un refugio normalmente suele ser un lugar, pero también
puede ser un espacio de tiempo no haciendo nada, un libro, la música, el fútbol
y hasta Internet con sus millones de blogs por ahí aportando sabiduría y
conocimiento (esto último es en tono irónico).
Pues eso, esto que hago hoy y ahora es un refugio. ¿De qué
me resguardo? Pues supongo que de la soledad y del paso del tiempo.
Cuando de pronto te ves sola, todo el mundo empieza a decir
que a qué estás esperando para una nueva conquista y volver a empezar. A mi me
da una pereza... (y eso que echo de menos el sexo), con lo de sitio que tengo
ahora en el armario....
Reconozco que me estoy tomando mi tiempo porque parece que
como pasa tan rápido hay que hacer las cosas con premura. Y digo yo, cuando uno
es joven las hace con prisas porque es el estado natural de la edad, y ahora,
en la madurez resulta que también hay que hacerlo todo lo antes posible porque
ya no te queda el tiempo suficiente.
Yo ya no estoy para carreras. Si acaso estoy para “prontos”,
para hacer las cosas en el momento, el típico “aquí te pillo, aquí te mato”, pero
sin agobiarme porque aún no he hecho todo lo que a lo largo de una vida es
imprescindible.
Así que en esas estamos hoy. Refugiándome al escribir estas
palabras y mudándome dentro de un momento al de al lado que son los libros de
mi hermosa mesita de noche.