domingo, 16 de febrero de 2014

LA VUELTA AL BLOG

Hace ya un montón de tiempo que no escribo en este blog. Supongo que no lo he necesitado como vía de escape o porque no se me ha ocurrido nada más que escribir o porque simplemente no me apetecía.
Esto no es una obligación, es más el hecho de publicar lo que uno piensa es una acto de soberbia porque probablemente a nadie le interese lo que yo pueda decir.
Nadie de mis conocidos sabe que lo escribo por lo que no espero una aprobación, censura u opinión.
Si alguien logra leerlo con las millones de cosas que se dicen al cabo del día, ya sería todo un logro.
Cuando me conecto miro las estadísticas pensando que cualquiera que entienda el español a lo mejor está interesado en leerme y probablemente lo que ocurre es que ha entrado por error ya que (ni sé si contando mis visitas o no) hay en total unas 77 en un año. Es el record del éxito.
Eso no debe importarme puesto que si quisiera que mejoraran las cifras habría hecho para que este blog se publicitara de las miles de formas que hoy en día existen

Bueno, a lo que vamos.

Después de dos años ya de separación supongo que algo estoy aprendiendo y una de las que me parece más clara es que (según las manida frases típica) las cosas no son ni blancas ni negras.
No es que esté agradecida por haber pasado (y seguir pasando) el desamor, pero sí que he asimilado de forma natural que las relaciones personales son eso personales y según somos cada uno; no hay reglas ni puntos de vista válidos. Todo es posible por lo que ahora me arrepiento de haber dado mi opinión respecto a los demás.
La vida de cada uno aunque nos rodeemos de familia, gente, trabajo, conocimiento, entretenimiento..de todo, es particular (como el patio de mi casa) y por eso cada uno es libre de hacerlo como le venga en gana.
Así que desde aquí voy a seguir haciendo lo que mi cuerpo me pide (que es tirarme de vez en cuando a mi ex),  escribir también de vez en cuando en este blog y disfrutar de la vida porque pasa demasiado rápida.

Como veis este blog es más rollo. Pero bueno, el sentido del humor no se debe perder aunque ahora no esté presente.