sábado, 28 de enero de 2017

LA JUNGLA (de cristal o lo que sea)

Ante el éxito de este blog no me queda más remedio que continuar escribiendo y compartir mis cosas con el resto del mundo.

Esto es un caos y un estrés. Cuando una se queda sola llegan los típicos consejos que te dicen que tienes que apuntarte a cosas para ocupar el tiempo, pero sobre todo, ese consejo es para que conozcas gente nueva porque tus amigos están ya todos ocupados o como son amigos, no es lo suyo (ese es el fondo de la cuestión) : a clases de salsa o bachata o lo que haya ahora, a un club de senderismo pero que no sea muy exigente, a clases de yoga, a un gimnasio...en fin, un mundo de posibilidades, pero es que a mi lo que me gustan son los bares y la conversación. Y ahí amigos, estamos en la jungla más salvaje (los otros sitios también son la jungla, pero se disimula más).

El finde que no te tocan los niños hay que hacer cosas porque si no, no existes para nadie y sobre todo, cuando las hagas, debes comunicarlo y publicarlo en todos los medios tecnológicos a tu alcance porque si no, no tienes vida.

Para escribir esto ya me tengo que poner las gafas de cerca, así que yo no tengo ganas de ese jaleo. Algunas veces si, pero ocupar el tiempo porque hay que hacer algo, a mi ya me cansa antes de empezar.

La jungla. La cantidad de hombres y mujeres que andamos más perdidos porque, además, tienes que ligar, porque claro, como estás solo o sola, o ligas o tu vida ya es una patata porque no tienes ni sexo.

Este tema es interesante porque, a pesar de que los tiempos han cambiado bastante, si un hombre anda por ahí ligando o intentándolo, a vista del mundo, es lo normal y es un tío con suerte porque puede elegir una nueva posibilidad y su vida es excitante (la realidad es que luego eso es una mentira y de las gordas).
Las mujeres, sin embargo, si vamos por ahí ligando es porque necesitamos encontrar pareja porque, pobrecilla, está sola. 
A lo mejor esto ya no es así y es mi propia opinión la que habla, el caso es que hay mucha soledad y mucho engaño en todo esto. Ni que decir tiene lo que ya sabemos todos, y es lo chulos que somos todos delante de un teclado y lo cobardes y ridículos cuando la cosa es cara a cara.

En fin, que me da una pereza tener que encontrar de nuevo el camino y el amor. Así ando hoy, perezosa.
Tengo ganas de sentir, pero de manera natural, fácil, que no sea complicado y que no tenga que pensarlo, porque si para sentir tengo pensar, ese no es ya el sentir que a mi me gusta.

Bueno, menos mal que tenemos a Nadal en la final del Open de Australia, que el tío si que hace sentir emoción y estoy segura que mañana, pase lo que pase, así será. Así que ese es el plan : domingo de sofá y tenis. Cervecita porque es muy temprano, aunque, quien sabe, con los partidos que nos dan estos dos a lo mejor veo el último juego con una cerveza y sus aceitunas.








lunes, 21 de marzo de 2016

Creo que BALANCE II

Resulta que llevo abandonado el blog ya bastante tiempo, es más, había pensado incluso en deshacerme de él porque al fin y al cabo es como hablar en el desierto, aunque, al releer algunas de las cosas que he escrito me sigo reconociendo, lo que quiere decir que aún, a pesar del tiempo, no he cambiado demasiado.
Esto de las relaciones personales da mucho de si porque al fin y al cabo, somos sociales y queremos de algún modo expresarnos y que alguien nos escuche sin más.
Las cosas van más o menos igual : estoy más vieja, más tranquila (ya duermo) y sigo acostándome con mi ex-.
No me he apuntado a ningún cursillo aunque si me he puesto a esto de correr de vez en cuando. La verdad que no me mata, pero es una buena forma de descargar tensiones aunque tengo claro que para las Olimpiadas de Río no voy a estar preparada.
Lo que si me va saliendo cada vez mejor y le estoy cogiendo el puntillo es a lo de la cocina. Es una obligación pero me lo estoy tomando con otra filosofía ya que hay que hacerlo.
Dicen por ahí que lo de la felicidad es una actitud, pero yo también creo que es una aptitud. De todas formas, creo que nos han vendido un rollo tremendo con eso de que el amor, la pareja, la vida en común es necesaria o al menos casi indispensable para lograrla.
Cada día estoy más convencida de que si las cosas no son como a uno le gusta pues habrá que reinventarlas.
Yo por ejemplo. Si por ahí supieran que todavía ando con mi ex, todo el mundo me juzgaría como que se me ha ido la pinza, que me humillo, que me conformo con poco, con lo que yo valgo. Pues eso no es así. Soy una mujer independiente que no necesita tener un hombre todo el día para que la saquen de paseo, para ir de copas o para viajar. Yo que ya he cumplido con la naturaleza y con la especie, he procreado, solo necesito de vez en cuando gozar del sexo, y resulta , que con él es sencillo porque nos conocemos. 
Claro, claro... y todos dirán, ¿y el amor? ¿y el gusanillo en el estómago? (esas famosas mariposas). Como tú no las tienes pues reniegas de ellas...Pues no. No renuncio a la emoción de sentirlas, pero tampoco estoy dispuesta a complicarme la vida o a sentirme obligada a buscarlas.
Bueno. Pues así están las cosas. 



jueves, 16 de octubre de 2014

Un beso con lengua

Hoy resulta que mi ex cuando se iba de casa (porque cuando estoy trabajando le dejo que se quede en mi casa para no tener que andar con los niños de aquí para allá – eso merece otra explicación, pero así es) pues me ha dado un beso con lengua. No el típico piquito si no con lengua lo que da lugar a muchas elucubraciones por mi parte, claro (las suyas no las sé aunque pueda intuirlas).
El caso es que, como supongo le pasa a muchas otras parejas, y me consta, después de haber roto, siguen, de vez en cuando acostándose (yo al menos sé de una aparte de mi).
En mi caso, esto ha pasado desde el principio aún sabiendo que él estaba con otra mujer. Esto significa que antes él me ponía los cuernos a mi y ahora se los pone a su novia, pareja , mujer o lo que sea que se le quiera llamar o la llame cuando la presente a los amigos).
Reconozco que al principio era un deseo ferviente, como una droga, como, aún sabiendo la humillación, permitir que él me siguiera disfrutando (y yo a él).
Esto, primero fue bastante desconcertante para él puesto que fui yo la que dio  el paso, y no se negó. Poco a poco ya se ha convertido más que en un impulso del momento en una reflexión meditada, no porque no sea impulsivo si no porque he llegado a la conclusión de que polvo que no eches, polvo que se queda sin disfrutar.
Podría llamarlo únicamente sexo, pero sé que no es así. Lo cierto es que follar con una persona que te conoce y conoces es más sencillo. Es una cuestión de práctica simplemente, aunque reconozco que él está bastante bien dotado.
A esto se le puede llamar proceso de auto convencimiento de que aún puede haber algo más con algo que ya está roto, o bien de que se puede reinventar una relación (si se le puede llamar así), o tal vez que sigo enganchada como una drogadicta al placer a sabiendas de que no me permite, quizá, establecer otras relaciones, o a lo mejor, que no voy a dejar para después lo que me apetece hacer hoy.
Tengo 44 años y hace casi tres que me separé. Hay muchas cosas que se van dejando sin hacer para cuando tengamos tiempo y resulta que para cuando tengamos tiempo ya no tenemos ganas o, lo que es peor, el tiempo se nos ha agotado.
Así que la cuestión es que no me voy a plantear si está bien o mal, si me hace bien o mal o si debería o no debería. Las cosas son más simples. Voy a hacer lo que el cuerpo me pida. Si me pide echar un polvo con mi ex pues lo voy a hacer y no me voy a cuestionar nada más porque no quiero hacerlo.


martes, 26 de agosto de 2014

BALANCE I

Han pasado ya casi tres años y aquí estoy intentando aún descubrir por qué y cómo aprender del pasado.
Bueno, realmente esto no es así. No quiero saber por qué, porque qué más da, ya no tiene arreglo y tampoco necesito aprender del pasado puesto que no creo que haya hecho nada que me pueda enseñar a seguir.
Lo que pasa es que los hijos se van haciendo mayores y ese papel de madre 24 horas ya no es necesario. Tengo más tiempo que nunca y si tengo que aprender algo es saber “cómo ocuparlo”.
Lo pongo ente comillas porque parece que hay que ocuparlo con cosas útiles, de las que aprender, vaya. Por ejemplo, ver esos magníficos documentales de la 2 que tanto nos enseñan, ver las noticias de la tele, estar al día de la actualidad nacional e internacional, leer y sacar el jugo de las libros y no solo entretenerme con ellos.
ESTO ES UN ESTRÉS.
Así es como parece que tienen que ser las cosas por un lado.
Por el otro, el típico, es volver a encontrar pareja para rehacer la vida, porque si no siempre pensará todo el mundo (a no ser que seas una mujer superinformada, profesional y culta) que te falta la otra parte.
Y digo yo, es verdad. Por mucho que la elocuencia que dan los informativos, las opiniones copiadas, la profesionalidad en el trabajo, la madre implicada...en fin todo eso, si mi propia opinión de mi es que no estoy completa, que necesito a un tío para poder ser alguien y presentarme públicamente arropada y segura, pues tengo un gran problema.
Eso es lo que pasa cuando no me he preparado para el fracaso, cuando he pensado que sería feliz y comería perdiz (reconozco que nunca he comido perdices, así que no tengo ni idea entonces de qué es la felicidad).
Pues en esas estamos (vaya estoy), averiguando o inventando o imaginando o yo que sé, qué demonios hacer para que esa “dependencia” que creo que tengo no me impida ver realmente lo importante.

Vaya rollo que he largado. Esto no es lo que había planeado escribir, pero bueno, es lo que ha salido y así se queda.

miércoles, 14 de mayo de 2014

EL REFUGIO

El refugio es el sitio donde una busca estar para sentirse tranquila, no a salvo, si no tranquila.
Un refugio normalmente suele ser un lugar, pero también puede ser un espacio de tiempo no haciendo nada, un libro, la música, el fútbol y hasta Internet con sus millones de blogs por ahí aportando sabiduría y conocimiento (esto último es en tono irónico).
Pues eso, esto que hago hoy y ahora es un refugio. ¿De qué me resguardo? Pues supongo que de la soledad y del paso del tiempo.

Cuando de pronto te ves sola, todo el mundo empieza a decir que a qué estás esperando para una nueva conquista y volver a empezar. A mi me da una pereza... (y eso que echo de menos el sexo), con lo de sitio que tengo ahora en el armario....

Reconozco que me estoy tomando mi tiempo porque parece que como pasa tan rápido hay que hacer las cosas con premura. Y digo yo, cuando uno es joven las hace con prisas porque es el estado natural de la edad, y ahora, en la madurez resulta que también hay que hacerlo todo lo antes posible porque ya no te queda el tiempo suficiente.

Yo ya no estoy para carreras. Si acaso estoy para “prontos”, para hacer las cosas en el momento, el típico “aquí te pillo, aquí te mato”, pero sin agobiarme porque aún no he hecho todo lo que a lo largo de una vida es imprescindible.

Así que en esas estamos hoy. Refugiándome al escribir estas palabras y mudándome dentro de un momento al de al lado que son los libros de mi hermosa mesita de noche.

RECOGIENDO LA COCINA

Recogiendo la cocina, limpiando la vitro, en el silencio de los ruidos habituales de terminar el día en un bloque de vecinos, me llegan las ideas y tengo la necesidad imperiosa, como si me estuviera meando de escribirlo, de no dejarlo dentro, de vaciarme.

Alguien me ha dicho que a partir de los cuarenta se suele dar una rebeldía parecida a la que se tiene en la adolescencia.
Parece ser que es algo que ocurre con más frecuencia de lo que se ha estudiado y simplemente se le ha llamado crisis de los cuarenta.
Yo que he tenido una adolescencia responsable, o al menos, así creo que la he vivido, (supongo que habría que preguntarle a mis padres) , creo que también estoy en esa fase.
Como no lo hice en mi juventud, ahora en plena madurez, necesito romper con lo que tengo y necesito además buscar lo nuevo, lo diferente, lo absurdo, lo no convencional, y ser irresponsable y reinventarme, y crearlo todo, hasta lo cotidiano.
Necesito hasta encontrar lo nuevo en lo viejo, mira si tengo fe.
No quiero proyectar sobre mis hijos mis frustraciones, mis miedos, ni quiero que sean o hagan lo que yo no pude o no quise hacer.
Siento que mi absurda adolescencia tardía puede aportarle a ellos y a mi un registro nuevo de cómo son las cosas. Y ellos que van a entrar en esa etapa y yo que estoy en ella, disfrutarla y sufrirla con la energía y alegría que mutuamente seamos capaces de absorber.
Ellos con su sentido del humor, con sus ganas de reír, con la vitalidad de sus cuerpos nuevos, formándose, y yo con mi sentido del humor, con mis ganas de reír y con mi cuerpo maduro, y mi mente impregnada de lo aprendido pero deseosa de descubrir nuevos aromas.
Necesito escribirlo igual que lo hacía de niña , sin reglas ni pretensiones. Sin querer que nadie me lea, ¿o si? Supongo que la vanidad me hace querer que alguien me lea porque si no sólo serían pensamientos que exigen salir de mi cabeza.
Lo escrito deja reflejado lo que somos ahora y al paso del tiempo. Quizá al releerme, pueda recordar por qué soy como soy, o no.


domingo, 16 de febrero de 2014

LA VUELTA AL BLOG

Hace ya un montón de tiempo que no escribo en este blog. Supongo que no lo he necesitado como vía de escape o porque no se me ha ocurrido nada más que escribir o porque simplemente no me apetecía.
Esto no es una obligación, es más el hecho de publicar lo que uno piensa es una acto de soberbia porque probablemente a nadie le interese lo que yo pueda decir.
Nadie de mis conocidos sabe que lo escribo por lo que no espero una aprobación, censura u opinión.
Si alguien logra leerlo con las millones de cosas que se dicen al cabo del día, ya sería todo un logro.
Cuando me conecto miro las estadísticas pensando que cualquiera que entienda el español a lo mejor está interesado en leerme y probablemente lo que ocurre es que ha entrado por error ya que (ni sé si contando mis visitas o no) hay en total unas 77 en un año. Es el record del éxito.
Eso no debe importarme puesto que si quisiera que mejoraran las cifras habría hecho para que este blog se publicitara de las miles de formas que hoy en día existen

Bueno, a lo que vamos.

Después de dos años ya de separación supongo que algo estoy aprendiendo y una de las que me parece más clara es que (según las manida frases típica) las cosas no son ni blancas ni negras.
No es que esté agradecida por haber pasado (y seguir pasando) el desamor, pero sí que he asimilado de forma natural que las relaciones personales son eso personales y según somos cada uno; no hay reglas ni puntos de vista válidos. Todo es posible por lo que ahora me arrepiento de haber dado mi opinión respecto a los demás.
La vida de cada uno aunque nos rodeemos de familia, gente, trabajo, conocimiento, entretenimiento..de todo, es particular (como el patio de mi casa) y por eso cada uno es libre de hacerlo como le venga en gana.
Así que desde aquí voy a seguir haciendo lo que mi cuerpo me pide (que es tirarme de vez en cuando a mi ex),  escribir también de vez en cuando en este blog y disfrutar de la vida porque pasa demasiado rápida.

Como veis este blog es más rollo. Pero bueno, el sentido del humor no se debe perder aunque ahora no esté presente.